Este fantástico artículo me ha llevado a redactar el Post de hoy: La aceptación del cuerpo posparto Si bien es cierto que una de las presiones más fuertes y cada vez más contínuas que sufrimos las mujeres occidentales es con referencia a nuestro aspecto físico, en el caso de las madres, puérparas es además cada vez más evidente.
Celebrities, mujeres de carne y hueso al fin y al cabo, que con cinturas de 60 cm son esperadas por una legión de fotógrafos tras dar a luz, «preparadas» para ser juzgadas por toda la audiencia. Y estas son las expectativas de esta sociedad con respecto a nuestra imagen (e incluso con respecto a nosotras mismas en muchos casos)
El Post al que hago referencia habla de cómo las mujeres debemos de sentirnos orgullosas de nuestros cuerpos tras los cambios que se producen al ser madres. Unos cambios naturales y fisiológicos para los que estamos preparadas. Unos cambios que todas deberíamos de asumir con orgullo y amor. En este punto no puedo estar más de acuerdo y es una pena como a veces nos autoexigimos imposibles llegando incluso a no disfrutar al 100% del momento más importante de nuestra vida: dar otra vida.
Esta es también la idea de varias artistas que han trabajado proyectos fotográficos con cuerpos reales de posparto. Una de ellas, Ashlee Wells Jackson, busca que las mujeres acepten la belleza de su cuerpo posparto en el proyecto “The 4th Trimester Bodies Project“. También la blogger de BabyCenter US, Jenny Buckley ha inmortalizado este tipo de bellas imágenes.
Pero ello a la vez genera confusión, desconcierto e incluso otros problemas y graves depresiones a quienes no se reencuentran nunca más con sus cuerpos, con ellas mismas e incluso con su existencia como les gustaría. Porque una cosa es aceptar los cambios naturales por los que pasamos y otra resignarse a otros cambios no tan naturales. Me estoy refiriendo a la violencia obstétrica que sufren todavía una gran parte de las mujeres (al menos en este país) a la violencia generada por tratar un parto casi más como una efermedad que como un proceso fisiológico en el que la elevada instrumentalización y medicación llega a ocasionar transformaciones en nuestros cuerpos más allá de la apariencia estética, afectando a nuestra salud y provocando en muchísimos casos graves secuelas de por vida en muchas mujeres e incluso en los bebés.
Que una mujer no tenga libertad de elegir lo mejor para ella (me refiero por ejemplo a algo tan sencillo como la postura en la que parir, sin ir más lejos) -y/o para su futuro bebé- eso es algo realmente grave, que de alguna manera y volviendo al tema en cuestión repercute en esta aceptación de nosotras mismas, en muchos casos, tras dar a luz, ya que el proceso fisiológico se ve alterado totalmente.
Como se trata además de un tema tabú todavía (por suerte cada vez menos) las mujeres se resignan a estos «cambios» que pueden llegar a ser: dolores crónicos de por vida, incontinencia de todo tipo, o destrozar para siempre sus vidas sexuales por daños ocasionados durante los partos y claro… eso no se puede aceptar, te puedes resignar o puedes al menos luchar para que no te vuelva a ocurrir si tienes más hijos, a otras mujeres que conozcas futuras mamás, o el día de mañana a nuestras hijas.
Como siempre aconsejo paciencia y muchísima información (os puedo asegurar que gracias a ello yo no tuve ni un solo punto en ninguno de mis dos partos) porque si bien es verdad que no importa tanto que nuestra cintura no vuelva a ser la misma de antes sí es importante disfrutar de un cuerpo en el que estés a gusto y te permita tener una vida sana en todos los sentidos. Y eso no es una frivolidad. Visitar a una fisioterapeuta obstétrica antes, durante y después de dar a luz es de vital importancia e informarse en asociaciones como El Parto es Nuestro o la lectura de libros como La revolución del Nacimiento de Isabel Fernández del Castillo, para que podamos decidir libremente en el momento más importante de nuestras vidas. Porque parir es poder, poder en todos los sentidos, que no te lo arrebaten!
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2 comentarios en «Nuestro cuerpo en el Posparto»
Que buen artículo! Estoy totalmente de acuerdo con todo! Por un lado lo de la presión por los cuerpos perfectos, aunque eso ya se extiende a muchos ámbitos y no solo al post-parto, aqui te juzgan tanto si estás gorda como si estás delgada..
El tema del parto y la libertad de elegir parece tema tabú y si dices que no quieres parir en un hospital te llaman loca. Yo acudo a gimnasia hipopresiva para mejorar mi espalda (no he tenido hijos) pero muchas acuden para recuperarse de los partos porque es muy beneficioso y se escucha cada historia que mete miedo. Tuvimos un caso de una chica que la tuvieron que operar porque en el parto fisuró el ano por un error médico y ya te puedes imaginar que problema. También el caso de una chica que dio a luz en casa sin mayor problema, pero como no le terminaba de salir la placenta fue al hospital. Al llegar le ingresaron al bebe, le pusieron una sonda y lo atiborraron a antibióticos porque «como había nacido en casa dios sabe si tenía algo». Fue como un castigo por parir en casa, sinceramente me dio asco la actitud de los médicos, mucho les queda que aprender sobre el cuerpo de la mujer.
Un besote =)
Así es Vero… Tenemos que ser ante todo conscientes de esta situación y actuar para que las cosas cambien. Mil gracias por tus palabras.
Un besazo!